‘Todos están en bancarrota’: los puertorriqueños enfrentan duros sacrificios por la crisis

SAN JUAN, Puerto Rico — Ángel González, un maestro jubilado que enfrenta un recorte de 10 por ciento de su pensión, ha comenzado a preguntarse si las tres personas en su familia tendrán que usar el mismo teléfono celular y turnárselo.
Santiago Domenech, un contratista que tenía ahorrados dos millones de dólares en bonos gubernamentales cuyo pago recientemente incumplió Puerto Rico, alguna vez tuvo 450 empleados. Ahora tiene ocho. Su suegro, Alfredo Torres, es dueño de la librería boricua más antigua, pero desde hace dos años ha ido en picada.
“El gobierno está en bancarrota”, dijo Bernardo Rivera, un chofer de 75 años que conduce autobuses privados y en ocasiones gana 40 dólares en un día. “Todos están en bancarrota. Ya no queda nada. La gente que no tiene trabajo no toma el autobús para ir a trabajar”.
Estas son algunas de las historias de jubilados, comerciantes y servidores públicos de Puerto Rico que están atrapados en medio —ellos dirían que en el fondo— de la insolvencia más grande de un gobierno local en la historia de Estados Unidos.
Con una deuda de 123 mil millones de dólares que no puede pagar, Puerto Rico presentó el 3 de mayo un tipo de protección en caso de bancarrota, una medida que sacudió las espinas dorsales de todos, desde tenedores de bonos que temen pérdidas espeluznantes hasta barrenderos y empleados públicos cuyos salarios de por sí raquíticos probablemente seguirán reduciéndose.
El Día Internacional del Trabajo, el pasado 1 de mayo, una huelga resultó en manifestaciones de varios miles de personas en las calles, las cuales se tornaron violentas. Días antes, la gente estaba reunida en el trabajo, en los parques y en sus casas para debatir interminablemente sobre la incertidumbre de la situación. En la terminal de Río Piedras donde trabaja Rivera, los choferes y el personal de limpieza se juntaron para quejarse tanto de la baja en trabajo y el monto de las jubilaciones como del constante aumento en el precio de los servicios, como el agua y la electricidad. 

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